En el municipio de Pivijay, en el Magdalena, la mayoría de concejales de ese municipio, auspiciados por el presidente de la Corporación, se las arreglaron para que el cargo de personero sea para Ramiro Bonnet García, polémico político de esa zona, y quien hace tan solo unos meses fungía como el jefe de campaña de Eduardo Villa Mozo, quien ahora es el alcalde del municipio.

El primero de diciembre pasado, cuando el proceso de elección del personero lo adelantaba la Escuela de Administración Pública (Esap), Zona Cero advirtió de un plan que se fraguaba desde el Concejo para tratar de frenarlo con una tutela interpuesta por el concejal Virgilio Villa, y así elegir una entidad distinta a la Esap, pues esta contaba con la veeduría de la Procuraduría General de la Nación y con la garantía de transparencia, que no convenía para hacer elegir a Bonnet García, la ficha del alcalde.

Cuando la Esap publicó el listado de cuatro elegibles (todos foráneos) y en el que no figuraba Bonnet García, la mesa directiva del Concejo Municipal, en vez de proceder a la respectiva elección del personero, emitió una resolución mediante la cual revocó el proceso que adelantó la Esap, y así invalidó la aspiración de los candidatos.

Con el camino libre, la mesa directiva del Concejo procedió a establecer un nuevo proceso de selección, esta vez no con la Esap, sino con una entidad denominada Corporación Universitaria Reformada (CUR), la cual se adelantó en un extraño hermetismo, pues en la página web del instituto ni siquiera figuró un enlace web que permitiera acceder a la nueva convocatoria.

El borrón y cuenta nueva dio la oportunidad a Ramiro Bonnet García de aspirar al cargo y, como era de esperarse, ser el único candidato favorecido para ocupar el cargo de personero del municipio.

En Pivijay ahora no solo se preguntan cómo pretende un candidato a personero desempeñar las funciones si sus acciones van en contravía con la naturaleza del cargo que pretende desempeñar, sino también se lamentan por el hecho de que los concejales, en mayoría con el alcalde, se puedan pasar por encima un proceso serio como el que adelantó la Esap, y a la Procuraduría, que velaba por su transparencia.

El personero municipal tiene por tarea la promoción de los derechos humanos, la protección del interés público y la vigilancia de la conducta de quienes desempeñan las funciones públicas. 

No obstante, Ramiro Bonnet García no solo fungió como jefe de campaña del alcalde (a cuyos secretarios tiene autoridad para investigar), sino que, como lo reveló este medio de comunicación, se valió de estrategias irregulares durante la época de campaña, como el hecho de aprovecharse de programas de la Gobernación del Magdalena para incidir votos a favor del mandatario local.

Bonnet también fue firmante del pacto de Chivolo, mediante el cual se selló el respaldo por parte de los paramilitares a un grupo de candidatos cargos de elección popular en el Magdalena.